MI PRESENCIA AUSENTE
Me
miro en un espejo que no refleja nada porque hace tiempo se lo llevaron. Ahora
tengo la pared frente a mí y pienso en todos mis rostros reflejados que se
fueron con él, impresos en su memoria, tras el cristal y sobre la emulsión de
estaño.
Por lo menos, quedé yo y mi sombra.
YO Y YO TAMBIÉN
Yo
me mi conmigo. Aquí estoy, el más guapo del mundo, el más listo, el más
simpático. Ja, ja… Así soy, la naturaleza me lo concedió y la vida hizo el
resto… Yo me mi conmigo, yo me mi conmigo, y siempre: yo me mi conmigo.
YO Y EL OTRO
Yo
soy el que soy, porque no soy el otro (de eso estoy seguro); pero el otro cree
que yo soy él y me persigue a todos lados. Yo no quiero ser él (de eso, también
estoy seguro); pero el otro insiste en querer ser yo y continúa persiguiéndome,
siempre pegado a mis pies, como una mancha oscura que va allá donde
camino.
UN CASI YO
Ése
no soy yo, me gustaría ser el otro, el que ya pudo ser él mismo, el que
encontró su camino. Estoy perdido sin saber nada de mí, porque todavía no he
sido gestado; estoy dentro de este pensamiento sólo como un proyecto ahora
inconcluso, de un supuesto yo que le gustaría ser el otro, que pudo ser él
mismo y que ya encontró su camino.
DÓNDE ESTOY AHORA
Ya
nada es igual desde que salí por la puerta y me quedé solo en casa, frente al
televisor. Ahora bajo por las escaleras y sigo aquí, sentado en un
sillón, pensando en mí que ya estoy en la calle. Continúo con el paso y me
dirijo hacia otro lugar, donde pueda reconocerme sin ninguna duda, ya fuera de
esta habitación… Allí estoy, sentado en un banco del parque; al pasar por mi
lado me saludo: “Hola, ¿cómo estás?”, me respondo. “¿Y tú?”, me pregunto.
“Bien, muy bien; sentado aquí en el sillón frente al televisor”, termino por contestar…
Ya nada es igual desde entonces, porque ya no estoy aquí, ni en el parque, ni
caminando; sólo sé que algún día seré lo que no soy y estaré donde no estoy,
pues todo lo ignoro sobre este asunto tan incomprensible.
ES DE SER PENSADO
Él
dice que yo digo lo que no pienso, y seguro que piensa que no digo lo que
pienso; eso es lógico porque una cosa es lo contrario de la otra, pero así
dicho, según lo pienso, suena bien; aunque, como digo lo que no pienso, no
puedo pensar según creo lo que pienso, ya suene bien o sea cierto; pero esto es
así desde el punto de vista de cómo él lo piensa y no cómo yo lo pienso; pero
al final, estas cosas de creer lo que piensa cada cual, cuando se habla sobre
lo que piensa o dice el otro, son cuestiones de ser pensadas.
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